La depresión va más allá de la tristeza: puede afectar el ánimo, la energía, el sueño, el apetito y la concentración. El abordaje psiquiátrico permite identificar el tipo y la severidad, ofreciendo un plan personalizado que puede incluir psicoterapia y farmacoterapia.
Se manifiesta con pérdida de interés, fatiga, alteraciones del sueño, baja autoestima y, en algunos casos, pensamientos negativos. Puede afectar el trabajo, las relaciones y la salud física.
La psiquiatría permite diferenciar entre episodios depresivos mayores, distimia (depresión persistente), depresión posparto y otras variantes, lo que es clave para seleccionar el mejor tratamiento.
Tratamiento
Evaluación clínica: completa de síntomas y antecedentes.
Tratamiento farmacológico: antidepresivos ajustados a cada caso.
Psicoterapia: apoyo o cognitivo-conductual.
Hábitos saludables: sueño, alimentación y ejercicio.