Los trastornos de personalidad se caracterizan por patrones persistentes de pensamiento, emoción y conducta que generan conflictos en las relaciones y dificultades en la vida cotidiana. Estos patrones afectan el bienestar personal y la interacción social.
El abordaje psiquiátrico combina intervenciones psicoterapéuticas y, en ciertos casos, apoyo farmacológico, buscando mejorar la regulación emocional y la calidad de las relaciones interpersonales.
Tratamiento
Diagnóstico integral: identificación de subtipos (límite, evitativo, obsesivo, etc.).
Psicoterapia especializada: terapia dialéctico-conductual o cognitivo-analítica.
Apoyo farmacológico: para síntomas como ansiedad, irritabilidad o depresión.
Acompañamiento prolongado: enfocado en estabilidad y funcionalidad.